La jugada fue bastante clara. Un centro lateral de las españolas acabó siendo despejado por White, aunque al intentar alejar el peligro golpeó al esférico con la mano. Por entonces, el marcador era de 1-0 para las inglesas.
La colegiada no lo dudó ni un instante y pitó la pena máxima. Instantes después rectificó y señaló que se debía proceder a un bote neutral, puesto que cuando un despeje se estrella en la mano de la misma jugadora no se considera penalti.
La defensa inglesa pidió perdón a la vez que señalaba que no podía haber hecho nada por impedirlo. Finalmente, Inglaterra se hizo con la victoria por 2-0 y se coloca como líder del grupo con seis puntos.