Del mundo del fútbol conocemos el glamour, las estrellas mediáticas, los contratos millonarios, Balones de Oro, etc. Sin embargo, la realidad es otra bien distinta. Si bajamos algunos escalones en cuanto a popularidad de los futbolistas, comprobamos que muchos, la mayoría se podría decir, trabajan en situaciones de precariedad grave. Muchos no cobran de sus clubes y sin embargo continúan entrenando y jugando, y otros no tienen ni contratos escritos.
"Con mi club no he firmado ningún contrato, no tengo sueldo, pero recibo una prima de 25 dólares por partido ganado. En cambio, por paatido empatado o perdido, el club no paga nada", explica Glorie Mdibi.
Este delantero de 26 años, que juega en el Real de Kinshasa en el campeonato de la República Democrática del Congo, recibe 79 céntimos en concepto de trasporte por cada sesión de entrenamiento.
"En 2008 y 2009 fuimos campeones, pero solo recibimos la prima de 25 dólares, sin más", se lamenta el delantero.
Según el sindicato de jugadores profesionales 'FIFPro', este tipo de situación precaria es corriente en el fútbol. La organización reveló en un extenso estudio sobre el tema a finales de noviembre, con el testimonio de 14.000 jugadores en 54 países, que el 41% de los futbolistas no reciben sus salarios a tiempo, y que el 45% de los profesionales ganan menos de mil dólares mensuales.
"Los grandes salarios son una pequeña minoría. Pensar que la mayoría de los futbolistas tiene un alto tren de vida es falso. Es como decir que todos los actores son estrellas de Hollywood", declara un portavoz del sindicato, Alex Duff.
Más cerca de nuestro país, en Portugal, el Boavista fue protagonista durante noviembre de 2016 por una denuncia interpuesta por el internacional nigeriano Michael Uchebo. "Me tratan como un esclavo", denunció el jugador, al que no le pagaban su sueldo por un problema con la directiva.
El delantero de 26 años acusó a sus dirigentes de prohibirle el acceso a las instalaciones del club. Llegó incluso a filmar uno de sus intentos de entrada a un gimnasio del Boavista, impedido por agentes de seguridad.
El nigeriano, que no ha querido volver a hablar de su caso, rompió finalmente su contrato con el club de manera amistosa a principios de enero de 2017. El club no precisó si su ex jugador obtuvo el pago de sus salarios retrasados o alguna otra compensación financiera. Sí lo hizo por redes sociales, en las que el presidente acusó al internacional nigeriano de no contar la verdad.
En Venezuela, país afectado por una profunda crisis económica, los futbolistas citados por el 'FIFPro' reciben 200 dólares mensuales y prefieren firmar contratos cortos como consecuencia de la hiperinflación. Después de seis meses, el salario no tiene practicamente valor alguno, por lo que encuentran muchas dificultades para vivir.
En Argentina, fue la leyenda del fútbol Diego Maradona quien denunció que el fútbol argentino se encontraba en quiebra, ya que los jugadores tenían que esperar durante meses a cobrar sus salarios como consecuencia de la corrupción y las dificultades económicas de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA). Los futbolistas incluso fueron a la huelga a finales de febrero 2017 para protestar por su situación.
Especialmente preocupante es la situación del futbolista en África. Según FIFPro, Gabón es el número uno en el retraso de pagos a sus futbolistas, y República Democrática del Congo está considerado uno de los países más peligrosos donde practicar el fútbol de forma profesional. Uno de cada cuatro jugadores es víctima de violencia y el 35% están amenazados por los aficionados según las cifras del sindicato.
Solamente existen algunos pocos países, sobre todo en Europa y Norteamérica, donde la profesión de futbolista goza de condiciones de seguridad y comodidad.