De Bruyne es uno de los chicos que más atención pone al discurso de Pep Guardiola. Pep da sus charlas en el auditorio de la Ciudad deportiva del City. Un minicine de 56 butacas. Es su zona de confort. En ese espacio, Guardiola pone de relieve siempre una cualidad que empodera al Real Madrid y al FC Barcelona: creer, creer y creer en la victoria. Si queréis ser grandes de verdad en Europa, el Real Madrid y el Barcelona son vuestro espejo. Insiste a menudo.
En ese proyecto vencedor que pretende Guardiola, De Bruyne es capital. Ante el Madrid, logró su gol número 50 con la camiseta del Manchester City, el cual llegó de penalti y coronó la remontada 'skyblue'. Cinco minutos antes, sirvió el empate a Gabriel Jesus. Es la asistencia número 19 en lo que va de curso para el belga. Ya está a dos de su récord en una campaña.
El gen ganador. Transmitir esa premisa a sus jugadores le ha llevado años a Pep Guardiola, que, por fin, por lo demostrado este miércoles en el Bernabéu, tiene pinta de haber inoculado al City un impulso que puede situar al conjunto inglés en los cuartos de final de la Liga de Campeones.
26 de febrero de 2020
El City tuvo un error grave en todo el partido. Un error en la entrega de Rodri en la zona ancha. Error y gol de Isco. No perdona el Madrid. Y Pep lo sabe. Cumplió además el Manchester City con un mandamiento que no perdona Guardiola. Hay que acabar todas las jugadas. No hay siesta al borde del área ni pases intrascendentes en forma de uve. Se cierran todas las acciones en ataque con disparo a puerta para evitar el contragolpe del Madrid. Ya sea por las bandas, con Walker o Mendy, o con Mahrez y Bernardo Silva.
De Bruyne y Gabriel Jesus pusieron en ventaja al City. Escuchar a Pep Guardiola avisando que no permitirá confianza con este resultado será parte seguro de un gran documental. Porque Pep, si hay algún club que teme hasta que no esté realmente en la lona, ese es el Real Madrid.