El 18 de septiembre de 2014 el órgano de instrucción de la citada comisión acordó no abrir un procedimiento de ética formal contra los funcionarios que habían recibido los relojes a condición de que fuesen devueltos, según recordó la FIFA en un comunicado.
En el mismo, la FIFA aclaró que después de haber investigado el asunto a fondo, el mencionado órgano encontró pruebas de que algunos de los 65 relojes que la CBF pretendía regalar no llegaron a entregarse y tras contactar con todos los posibles receptores se devolvieron un total de 48 relojes.
El órgano de instrucción dio por cerrado el caso y la Comisión de Ética, encabezada por su presidente Cornel Borbély, resolvió que todos los relojes sean donados a la organización internacional sin ánimo de lucro "streetfootballworld".
Los recursos generados por la venta de estos relojes se invertirán en financiar iniciativas que utilizan el fútbol para impulsar el cambio social en Brasil.