El propio Herrera se echó la culpa de la situación del Sporting y llegó a confesar que no lograba que "el equipo juegue" e incluso manifestó antes del partido ante el filial del Barcelona que tenía la sensación de que se jugaba el puesto.
El último encuentro en El Molinón en el que el Sporting salió derrotado ante el Zaragoza finalizó con una unánime bronca por parte de los aficionados presentes que incluso pidieron a voces la marcha del entrenador, algo que éste ha dicho que nunca haría porque sería "tirar la toalla" y él nunca lo hace.
El mal juego del equipo gijonés llevó al presidente Javier Fernández a dejar en manos de Torrecilla la decisión de destituir a Paco Herrera, un entrenador que despertó ilusión entre los aficionados a su llegada pero que poco a poco fue perdiendo crédito con muchas de sus decisiones.
Herrera fue el primer entrenador en la centenaria historia del Sporting que presentó una alineación sin ningún asturiano y a pesar de sus reiteradas manifestaciones de apoyo a la cantera apenas ha dado oportunidades a los jugadores jóvenes.
El Sporting ha acusado también una larga plaga de lesiones, con hasta siete jugadores de baja a la vez y prácticamente todos por problemas musculares, lo que también pone en entredicho al preparador físico y al resto del cuerpo técnico.
Las múltiples bajas por lesiones tampoco han supuesto oportunidades para los jóvenes del filial lo que llama la atención porque precisamente el Sporting B está haciendo una gran temporada y marcha en segunda posición de su grupo en Segunda B.
Torrecilla ya cesó a Paco Herrera en una ocasión anterior cuando ambos coincidieron en el Celta con los mismos cargos que ahora tienen en el Sporting y ahora el director deportivo está pendiente de una reunión con el presidente, que s