Sobrevivir en el complicado fútbol de Primera es difícil. Cada equipo tiene su estrategia y la del Eibar, desde luego, es de las más sorprendentes. Los 'armeros' llevan ya varias temporadas reforzándose con jugadores que lo han hecho bien en categorías más bajas del fútbol español.
En lo que va de verano, el Eibar ha cerrado ocho incorporaciones. Seis han llegado directamente de Segunda y las dos restantes han escalado dos divisiones, pues han fichado directamente desde equipos de Segunda B. En este caso tienen truco, pues en principio llegan para el filial. Se trata de Rubén Lobato -ex del Real Oviedo B- y de Asier Benito -ex del Bilbao Athletic-.
El resto de fichajes se han producido en la categoría de plata. Roberto Olabe, si cabe, ha llegado desde el Atlético de Madrid, aunque lo ha hecho tras brillar en Segunda con el Extremadura. El resto, los otros cinco, han firmado por el conjunto azulgrana después de una gran campaña en un equipo de Segunda División.
Edu Expósito, por el que el Eibar ha pagado la cláusula de rescisión, y Quique González, que también ha costado el importe de la cláusula, firman desde el Deportivo de la Coruña. Gratis, por otra parte, han llegado Rober Correa, Esteban Burgos y Álvaro Tejero. Este último también era propiedad del Real Madrid, a pesar de que rindió a un excelente nivel en el Albacete durante la 2018-19.
Se da la circunstancia de que es algo que no es la primera vez que sucede en Ipurua. En 2018, aterrizaron en el Eibar desde Segunda Sergio Álvarez, Marc Cucurella o Cardona. En 2017, Marko Dmitrovic, Iván Alejo o Joan Jordán, este tras destacar en el Valladolid, donde estuvo cedido por el Espanyol.
Keko, Sergi Enrich, Mauro dos Santos o Adrián también llegaron desde la división de plata y el único fichaje que verdaderamente decepcionó fue el de Nano Mesa, que no ha logrado mostrar su calidad en Primera pese a sus buenas actuaciones en Segunda.