Amor incondicional a unos colores. Esa es la frase que define a Bernat Vallori, seguidor del Atlético Baleares de 72 años de edad, que a día de hoy todavía cumple a rajatabla la promesa que hizo su 'yo' adolescente allá por 1963.
Aquella temporada el Atlético Baleares se despedía del fútbol profesional tras descender de Segunda a Tercera (no había Segunda B) y Bernat prometió que asistiría al estadio de negro hasta que el club de sus amores retornase al fútbol profesional.
Dicho y hecho (o casi). Salvo en tres ocasiones, Bernat Vallori siempre ha animado a los suyos desde la grada vistiendo el más riguroso luto. Solo sus periplos por India, América o Tenerife le alejaron de un terreno de juego que no se entiende sin su presencia: "El Baleares es lo que más quiero además de a mí mismo y a algunas personas".
El luto de Bernat podría tocar a su fin 56 años después si el Atlético Baleares consigue voltear en Son Malferit el 2-0 que trae el Mirandés de renta. La tarea no será fácil, pero 2.000 almas apoyarán al conjunto balear en busca de la gesta, entre ellos un Bernat que, por si acaso, ya guarda una camisa rosa por si toca festejar.