Se las prometía muy felices el Liverpool en la jornada entrante. Con el pinchazo del Manchester City, los 'reds' podían quedar cerca de la cabeza de la tabla junto a Arsenal y Chelsea como únicos pretendientes firmes de la competición.
El tanto tempranero de Lallana, a centro de Mané, reforzaba este pensamiento, pero Payet sacó su clase a relucir para empatar en un lanzamiento de falta en el que Karius pudo hacer mucho más.
Todavía antes del descanso, un error grosero de Matip le permitió a Antonio batir a un dubitativo Karius y poner el 1-2, que el Liverpool tendría toda la segunda mitad para remontar.
Con Bilic con el agua al cuello, los visitantes se emplearon a fondo y trataron de sacar al menos un punto, que fue lo que consiguieron por culpa de un error de Randolph que permitió a Origi anotar a puerta vacía.
El propio portero fue el salvador de los suyos ante una ofensiva 'red' constante pero poco mordaz. Empate que no le sirve a nadie y que aleja a ambos de sus objetivos a comienzo de jornada.