La destitución de Quique reactivó al Espanyol
El vestuario ha reconocido públicamente que necesitaba un cambio. La responsabilidad, han explicado los jugadores, era compartida entre ellos y el técnico.
Sea como sea, el relevo en el banquillo blanquiazul, ahora en manos de David Gallego, antiguo técnico del filial, ha sentado bien al cuadro catalán.
El Espanyol afronta ahora la recta final de temporada, con cuatro jornadas por delante, con otra cara y otro ánimo. El conjunto blanquiazul es decimosexto en la tabla con 39 puntos.
El descenso está a once, con el 'goal average' a favor. Los nervios desaparecen por completo y el objetivo es ahora quedar lo más arriba posible.
Precisamente, uno de los objetivos del Consejo de Administración al destituir a Quique Sánchez Flores era el de quedar en la mejor posición al final de curso, ya que esto repercute en los ingresos televisivos.
El club espanyolista, además, confía en que terminar con buenas sensaciones la actual temporada sirva de impulso a los socios para mantener la ilusión.
La campaña estaba siendo mucho más gris de lo previsto y nadie quería un desenlace amargo. Ahora, los de David Gallego pueden maquillar su imagen.
En Montilivi los espanyolistas dieron un primer paso y ahora tienen cuatro oportunidades más: Las Palmas en casa, Atlético en el Wanda, reciben al Málaga y cierran el curso en San Mamés.
El calendario, sobre el papel, propone dos rivales muy asequibles. Los canarios y los andaluces ya están matemáticamente descendidos y además visitan el RCDE Stadium, escenario donde el Espanyol suele desenvolverse con mayor soltura. Los partidos contra Atlético y Athletic sí son otra historia.
Sea como sea, los futbolistas están dispuestos a dejar claro que, pese a no ofrecer el nivel esperado en la mayor parte de la campaña, tienen calidad suficiente para ilusionar. Además, el nuevo cuerpo técnico, liderado por David Gallego, querrá aprovechar su primera oportunidad en la elite.
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