Se dispusieron las piezas sobre el tablero al poco de comenzar el partido. Víctor esgrimió un esquema de posesión que le estaba funcionando para defenderse con la pelota en los pies, pero no para generar ocasiones. Sus rivales fueron capaces de neutralizar sus intentonas con una gran solidez atrás.
Esta seguridad fue la base para que los cadistas pudieran atacar con mucha fiereza a la contra en cuanto tenían la oportunidad. Poco les costaba acercarse a la puerta de Kellyan para generar peligro. De hecho, el canterano realizó tres intervenciones vitales en los primeros compases.
En una de estas el Choco puso la primera diana del duelo gracias a un lío entre Kellyan y Lombán. El central rechazó la pelota con el pecho y el delantero aprovechó para superar al guardameta con una definición 'picadita'. Nano empujó el balón a la red, pero estaba dentro antes de que lo tocara.
Se notó la charla del técnico local en el descanso, pues el Málaga salió revolucionado al segundo acto. Lo atestiguaron el buen hacer de Cifu, la insistencia de Keko, que lo intentó con dos tiros usando la derecha y la izquierda, y un tiro menos peligroso de Luis Muñoz desde la frontal.
Pero poco a poco, el cuadro de Martiricos fue perdiendo fuelle y el Cádiz no dejó escapar su oportunidad de ampliar distancias. El encargado fue Caye, que se cocinó él solo un golazo a la contra: carrera de medio campo y recorte de alta clase a Kellyan para luego marcar casi sin ángulo.
Se puso el conjunto malacitano entonces en marcha para buscar la remontada con un asedio y Antoñín, joven del filial que estaba destacando, tuvo el premio del gol con un testarazo imponente y de gran personalidad. En el tramo final, persistieron los de La Rosaleda en buscar el empate, pero no lo lograron.