La brutal agresión sufrida el pasado domingo por un árbitro de 18 años en el encuentro que disputaban el Miralbueno y el San Juan se ha saldado con la inhabilitación de tres años al agresor, y una multa de 200 euros.
El jugador del Miralbueno ya fue expulsado de su club y ha evitado la sanción máxima que la FAF podía haberle impuesto: cinco años de inhabilitación.
Al parecer, el organismo ha considerado la acción únicamente como grave porque "la agresión produjo lesión aunque no alcanzando la misma la especial gravedad que determinaría la calificación de la infracción como muy grave", informó en un comunicado.
Ante esto, el Comité de Competición ha considerado la acción como grave en aplicación del artículo 99.3 del Código Disciplinario de la FAF en materia de agresión contra árbitros.