Leo Messi marcó un gol importante. Uno que mantiene al Barcelona en la lucha por LaLiga y que evitó una debacle mayor tras el desastre de París. Pero, a pesar de la relevancia del tanto, el argentino no cambió ni un músculo de su cara en el que se pudiera atisbar un mínimo de felicidad.
El rostro indiferente de Messi ha sido una señal que ha preocupado a la directiva 'culé'. A pesar de que confían en conseguir la renovación del argentino, desde las altas esferas quieren tener al argentino lo más contento posible.
Achacan su falta de reacción a la falta de apoyo del público del Camp Nou. A la floja asistencia se le unieron los silbidos tanto a André Gomes como a Luis Enrique, lo que pudo terminar haciendo mella en un Messi que celebró el gol con sus compañeros.
Sea como fuere, en las oficinas del Camp Nou existe la preocupación. ¿Tienen motivos?