A sus 15 años, Freiken es un joven saharaui está totalmente integrado y vive con su familia de acogida dede hace dos años, pero el organismo de fútbol internacional sostiene que vulnera la normativa contra el tráfico de menores y no permiten su inscripción en el Ciutat D'Alzira.
Mientras sigue entrenándose con el equipo, su familia acude regularmente a la federación en busca de soluciones que se topan con la negativa de la FIFA, que requiere conocer la condición económica de sus padres biológicos, obviando la de su familia de acogida.
"La única solución que dan es que sus padres vengan a vivir aquí y tengan un contrato de trabajo", espetó Raúl Navarro, su padre de acogida, en 'Levante-EMV'.
Hasta la fecha, la única espearnza de Freiken para jugar al fútbol pasa por esperar a la mayoría de edad, tres temporadas más...