Una lluvia de bengalas lanzadas por los aficionados croatas, que obligó a detener el encuentro durante unos minutos, le podría costar muy cara a la selección balcánica.
Si la UEFA medita su expulsión fulminante del torneo, y algunos jugadores, como Rakitic, verían hasta normal que eso sucediera, ahora la propia prensa croata especula con la posibilidad de que sea la FIFA la que tome cartas en el asunto.
Desde Croacia temen que el máximo organismo del fútbol mundial castigue a su selección de manera ejemplar, y sea excluida de la clasificación para el próximo Mundial, que se jugará en Rusia en 2018.