La FIFA sentencia la Copa Confederaciones e impulsa un 'Súper Mundial de Clubes'

La Copa Confederaciones nació a principios de los años noventa, pero era muy distinta a como la conocemos hoy en día.

En 1992 se la llamaba Copa del Rey Fahd, nombre con el que se disputó en dos ediciones, ésa y la de 1995. Lo organizaba Arabia Saudí, y jugaban los campeones de la CONMEBOL, la CONCACAF y la CAF.

En 1995 se incluyó también a los campeones de Europa y Asia, y llamó la atención de la FIFA.

Para 1997 tomó su nombre actual, y se usó para enfrentar a los campeones de cada una de las federaciones, y, de paso, comprobar la infraestructura del país organizador del siguiente Mundial, un verano antes de su disputa.

La idea no era mala. Era habitual eso de competir entre confederaciones para ver quién es el mejor del mundo, a nivel de clubes o de selecciones. Organizar un torneo en uno en esos veranos sin grandes competiciones parecía una idea genial.

Pero el tiempo ha demostrado que la Copa Confederaciones es un fracaso. Juzgar la preparación de un Mundial con un torneo de ocho equipos y 16 partidos no es suficiente.

Además, la diferencia entre las selecciones es abrumadora. Lo normal es que el torneo se lo llevase la UEFA o la CONMEBOL. Las sorpresas han sido prácticamente inexistentes, y ni los favoritos se han tomado nunca en serio el torneo.

Se ha llegado a ver como una molestia. Se disputa en uno de los dos veranos 'largos', en los que los futbolistas no tienen más compromisos que los de sus propios clubes.

Todo eso puede cambiar, quizá a peor. Porque la FIFA busca el modo de revitalizar su otro gran torneo moribundo.

La idea pasa por organizar un Mundial de Clubes bianual, cada dos veranos, en los previos a Mundial y Eurocopa. Y hacer partícipes de él a los campeones de los torneos de clubes de esos dos años.

Algo así como un Mundial de Clubes como lo conocemos hoy en día, pero hipervitaminado y en verano, en lugar de en medio de la temporada. Y ocupando los dos veranos 'de relax' para los clubes.

Todavía es un borrador, un proyecto en la mente de alguna lumbrera de la FIFA. La razón es clara. El campeón de campeones a nivel de selecciones es el Mundial. No hace falta la Confederaciones.