Y es que, por primera vez en la historia, un partido de estas características se jugará con el techo cerrado. El Millenium Stadium de Cardiff plegó su cubierta, blindándose ante el posible riesgo de atentados terroristas.
Así, en el estadio no podrá verse el cielo, por lo que el recinto galés será una olla a presión. Según una valoración de 'Marca', el máximo registro medio de decibelios durante un partido en dicho estadio se situó en los 92 decibelios durante un encuentro de Rugby entre Gales e Inglaterra en 2005.
El máximo pico alcanzado se situó en los 109 decibelios (lo equivalente al sonido de una discoteca)... pero la expectativa para el partido se centra en torno a los 115-120, una cantidad casi equiparable al despegue de un avión. Sin duda, esta será la final más sonada, pase lo que pase en el marcador.