La generación del 2000 pide paso en Brasil

Gran parte de las miradas estarán centradas en la evolución de Vinicius Junior, fichado el año pasado por el Real Madrid por 45 millones de euros y que en este 2018 está llamado a dar un paso al frente en Flamengo.

El atacante, de 17 años, continúa sin hacerse un hueco en el once titular del conjunto carioca, pero esta pretemporada, desde el banquillo, se ha transformado en el máximo goleador de su equipo.

Natural del municipio de Sao Gonçalo, en Río de Janeiro, Vinicius ya ha puesto de manifiesto las ganas que tiene de desembarcar en el equipo español: "Me voy del mejor club de Brasil para ir al mejor del mundo".

El jugador brasileño puede vestirse con la camiseta blanca a partir de julio de este año, aunque existe la posibilidad de que permanezca en Flamengo hasta julio de 2019 si así lo acuerdan los dos clubes.

Vinicius compartirá vestuario, al menos durante seis meses, con Lincoln, otra de las grandes esperanzas de Brasil que ya despierta el interés de las grandes potencias del fútbol europeo, entre ellos el Barcelona.

Nacido en Serra, localidad del estado de Espírito Santo, Lincoln disputará este año su primera temporada con la primera plantilla de Flamengo tras haber participado de manera puntual en algunos encuentros durante la pasada campaña.

Consciente del potencial del jugador de 17 años, la directiva le amplió el contrato hasta 2023 en marzo pasado con una cláusula de rescisión que asciende hasta los 60 millones de dólares.

El nombre de Lincoln empezó a trascender las fronteras nacionales a partir de su actuación con su selección en el Mundial Sub 17 de la India, en el que Brasil quedó en tercer lugar gracias a sus goles.

Sin abandonar la ciudad más emblemática de Brasil, Paulinho, también de 17 años, es otros los jóvenes a vigilar de cerca en la liga brasileña.

Formado en las categorías inferiores de Vasco da Gama, el extremo diestro fue proclamado recientemente jugador revelación del Campeonato Carioca, en donde fue fundamental para llevar a su equipo a la final, que finalmente perdió ante Botafogo.

Según medios locales, Barcelona, Real Madrid, Juventus, París Saint-Germain, AC Milan, Inter de Milán y Atlético de Madrid, que habría ofrecido unos 15 millones de euros, han mostrado su interés por el joven, que ya ha firmado más de una exhibición en la Copa Libertadores.

No obstante, su progresión se ha visto interrumpida recientemente debido a una fractura en el codo izquierdo que le mantendrá alejado de los terrenos de juego por cerca de cuatro meses.

También de la generación del 2000, otro extremo que comienza a despuntar es Rodrygo Silva de Goes, de Santos, una de las revelaciones de la última edición del Campeonato Paulista, el torneo regional más importante de Brasil.

El futbolista comenzó en el banco de reservas y terminó como titular del conjunto de Vila Belmiro anotando incluso un tanto en la semifinal contra Palmeiras, antes de la eliminación en la tanda de penaltis.

Su contrato se extiende hasta julio de 2022 con una cláusula de rescisión de unos 50 millones de euros, aunque por el momento la entidad paulista no tiene pensado venderlo, en el corto plazo, a ningún club del Viejo Continente.

El Liverpool inglés estuvo cerca de cerrar su fichaje antes de firmar su primer contrato profesional con Santos, de acuerdo con la prensa local.

También está llamado a destacar Brenner Souza da Silva, de Sao Paulo, ya un habitual en las convocatorias de la primera plantilla, aunque ha perdido cierto protagonismo desde que el uruguayo Diego Aguirre asumió las riendas del tricolor paulista.

El técnico se ha decantado por una estrategia más conservadora en su desarrollo profesional y ha optado por exponer menos al joven en los momentos críticos del equipo.

Como Vinicius, Lincoln, Paulinho y Rodrygo, decenas de chavales tendrán en el Campeonato Brasileño un escaparate privilegiado para exhibirse y estar más cerca de seguir los pasos de su compatriota Neymar.