No le importó que no cupiera nadie más en esa barrera tan poblada. Farfán le pegó con rosca, superó el muro y, aunque Shunin voló, anotó el segundo gol del Lokomotiv.
Un golazo espectacular que, unido al doblete de Anton Miranchuk y al tanto de Tarasov, sirvió para que el Lokomotiv humillase, en su propio estadio, al Dinamo de Moscú con un doloroso 0-4.
14 de abril de 2018