En no pocas ocasiones se ha criticado a Raúl Jiménez por ser muy estático. Un 'tronco' para algunos. Pero el libro de registros de este 'troncazo' ha demostrado estar lleno de genialidades.
La última ha sido una rabona. Sí, la rabona es el recurso de los que tienen una pata de palo, pero eso no le resta ningún mérito, porque es muy, muy difícil hacerla bien. Y más aún lograr darle fuerza y precisión.
Es un arte al alcance de muy pocos, y Raúl Jiménez ha demostrado, contra el Vitória de Guimaraes, ser uno de esos pocos.
Corría el minuto 78 del partido, y el mexicano se internó en el área rival. Se quedaba sin campo, y tiró de repertorio: una rabona.
El balón salió de sus botas, bombeado, justo para que su compañero Jonas cabecease al fondo de las redes su trigesimotercer gol de la temporada liguera.
31 de marzo de 2018
Menos mal que el mexicano es un delantero torparrón, ¿verdad?