Oblak fue clave para el Atlético en varias ocasiones, pero su intervención más espectacular llegó cuando al cuarto de hora del partido.
Borja Iglesias cogió el balón en su campo y fue perseguido por los dos centrales rojiblancos, pero el atacante llegó a culminar su gran jugada.
Lo hizo con una vaselina lejana, intentando sorprender al portero, pero Oblak voló y sacó una mano que mandó la pelota por encima del larguero y evitó lo que hubiera sido un golazo.