Y es que, sin ganas de responder a las preguntas de los periodistas en zona mixta, Thomas Müller salió de vestuarios fingiendo hablar por teléfono... y con una media risa que dejaba ver que algo estaba pasando.
Pero su táctica no coló, pues en vez de llevar un teléfono móvil en la mano, llevaba su pasaporte. Obviamente, los profesionales de la comunicación se tomaron la acción del alemán a broma y acabaron riéndose con él.
Muller evita las preguntas de la prensa hablando con.... su pasaporte!!! pic.twitter.com/1CzToX6oEM
— Otro Apostador (@OtroApostador) 12 de enero de 2017