25 millones de euros tuvieron la culpa de que Wesley Moraes alcanzara su sueño de jugar en la Premier League. Sin embargo, su camino en el fútbol y en la vida no ha sido tan fácil de recorrer.
El delantero brasileño de 22 años no ha llevado una vida muy centrada. Tras la pérdida de su progenitor, con solo nueve años, acabó siendo padre por partida doble a los 15 y los 16 años. Llegó joven al fútbol europeo, donde supo ir creciendo rápidamente en el Trencin y el Brujas hasta llegar al Aston Villa.
En su última campaña, hizo 17 goles y dio tres asistencias, pero su historia no es tan positiva como cabría esperar. Y es que incluso nació con una pierna tres centímetros más corta que la otra.
"Nació así, claro", reconoció en 'The Guardian' Hans Coret, un colega de Paulo Nehmy, agente del brasileño. "Cuando Paulo conoció a Wesley, pronto le puso en manos del doctor de la Selección de Brasil. Le dijo que no iba a tener ningún problema para vivir y jugar así", continuó Coret.
"Parece que cojea en el campo, pero es rapidísimo, es un chaval muy especial", añadió en el citado medio Robert Rybnicek, mánager del Trencin, donde Wesley Moraes explotó entre 2015 y 2016.
El Brujas lo contrató sabiendo su problema físico y también conociendo sus devaneos fuera del terreno de juego: "Hubo charlas con un psicólogo y con gente del club. Enseguida nos dimos cuenta de que era un chaval con un gran corazón y con buenos valores en la vida".
"Tenía a su hijo en Brasil y empezamos a entablar una relación más estrecha con él poco a poco. Fue complicado, pero cada vez se fue abriendo más", recordó Dévy Rigaux, mánager del equipo belga.
Moraes, que ahora le ha costado 25 millones de euros al Aston Villa, tuvo su oportunidad en un equipo juvenil del Atlético de Madrid con el que llegó a competir en un torneo amistoso, aunque no pudo aprovechar aquella prueba.
En Bélgica, incluso le acompañaban al supermercado para que aprendiera hábitos de vida saludables y supiera qué comer. También le ayudaron en el terreno de juego. Moraes es un jugador temperamental y solía ver muchas tarjetas rojas. "Era duro con él. Tuve que explicarle que no era la forma de responder a las patadas", profundizó Rigaux.
Después de estar cerca de irse a China o al Cardiff en invierno, Moraes y el Brujas decidieron esperar y al atacante le llegó la oportunidad de brillar en la Premier con un ofertón del Aston Villa. Es el vivo ejemplo de que la vida suele conceder segundas oportunidades.