El West Ham juega con fuego y es cuestión de tiempo que termine en el hospital con quemaduras de segundo grado en el 70% del cuerpo. Ya van dos partidos consecutivos que resuelve a su favor un penalti.
La pasada semana lo falló Mark Noble, pero cazó el rechace y lo alojó al fondo de las redes. En esta ocasión, mismo protagonista, pero sin rechace.
Eso sí, esta vez el rival se lo ha puesto muy difícil. Por que el Hull se ha defendido como un gato panza arriba. Como un tigre, más bien.
Dos remates al poste, de Mbokani en la primera mitad y de Robertson en la segunda, ha llevado un murmullo de desaprovación a las gradas del Olímpico de Londres.
Pero llegó el penalti reglamentario para que Noble pusiera por delante a los 'hammers' y diera otros tres puntos que permiten a los suyos trepar hasta la decimotercera posición.
Una derrota inmerecida para el Hull City, que ve como pese a sus esfuerzos, cada jornada está más y más hundido en la tabla. Y con la victoria del Sunderland, ya es colista.