Zinedine Zidane sabe lo que es ir a Getafe sin posibilidad de fallar. Aún es pronto, pero los siete puntos que el Barça tiene de renta con respecto a los blancos obliga al conjunto madridista a no pifiarla ante su vecino. Algo parecido a lo que ocurrió en abril de 2016.
De esa fecha data el último enfrentamiento entre Getafe y Madrid. Los locales llegaron con la soga al cuello, entrenados por un Esnáider que no fue capaz de salvar al equipo del descenso. Enfrente, un Madrid casi imparable que llevaba semanas recortando puntos al Barcelona.
Por ello aquel Madrid, a diferencia de lo que ocurrirá en esta temporada, saltó al Coliseum casi con su once de gala. Necesitaba un triunfo para colocarse a un punto del Barça y aumentar su presión. Lo consiguió con una tremenda goleada.
Benzema abría el marcador en el 29 e Isco situaba el 0-2 a poco del descanso. Con el Getafe roto y buscando la heroica, Bale abría brecha en el 50. Ya en el tramo final, Sarabia recortaba un marcador que cerraron James y Cristiano con dos goles en los últimos cinco minutos.
Ahora, la obligación llama a Zidane y los suyos frente a un Getafe compacto y que sabe lo que se hace. Hizo sufrir al Barcelona y está vendiendo cara cualquier derrota. Motivos de sobra para que el Madrid se olvide de los despistes.