Para hablar de Gattuso, hay que hacerlo con respeto. Es una figura para el deporte rey y una leyenda en su país, Italia, pese a que él mismo se infravalore continuamente en rueda de prensa.
Gattuso ha llegado a decir que, como futbolista, "era malo", incluso "feo". Y ahora, como entrenador, le marcan algunas frases como la que dijo antes de enfrentarse al Barcelona: "Si ellos están en crisis, nosotros estamos pegados al hospital y a un paso del cementerio".
La humildad por bandera para un entrenador del Nápoles que, en sus primeros pinitos, ya ha demostrado que tiene muy buenas maneras, que ha aprendido de los mejores.
En el Milán llegó a una final de Coppa, y con el Nápoles, en media temporada, ha ganado el torneo copero y ha firmado una segunda vuelta sensacional, a pesar de quedar séptimo por el horrible inicio del equipo 'azzurro' con Ancelotti.
Ahora, además, tiene la posibilidad eliminar al Barcelona de Leo Messi, con el que empató en San Paolo en la ida (1-1). La victoria en el Camp Nou refrendaría el gran trabajo del técnico italiano, que sueña con la Champions.
Sin embargo, a Gattuso lo recuerdan como técnico, principalmente, por acciones muy valerosas. Cuando entrenó al Palermo acabó pagando él mismo parte del salario de algunos futbolistas ante la crisis del club, y con el Milan renunció a su finiquito al marcharse para que pagaran a Gigi Riccio, su segundo entrenador.