Quien mejor resumió este miércoles el sentimiento de muchos canadienses tras conocer la noticia fue el seleccionador nacional, John Herdman, quien con una amplia sonrisa declaró que el logro de Canadá y de sus socios norteamericanos es como si fuese "Navidad sólo para el fútbol".
Con el triunfo de la candidatura, las ciudades canadienses de Toronto, Montreal y Edmonton podrían ser sede de algunos de los diez partidos del Mundial de Fútbol de 2026 que se disputarán en Canadá.
El comité organizador de la candidatura conjunta de este país, México y Estados Unidos ha presentado una lista de 23 localidades de las que ahora la FIFA tendrá que elegir 16.
El alcalde de Toronto, John Tory, expresó hoy su satisfacción por la victoria del proyecto norteamericano, destacando que la ciudad que dirige es la sede ideal para este tipo de competiciones, al ser una de las poblaciones más multiculturales del mundo.
"Hemos demostrado que somos una ciudad que tiene la infraestructura, el talento y los voluntarios para poder organizarlo bien", declaró John Tory.
"Va a vigorizar la ciudad. No sólo porque los 48 países que competirán tienen una comunidad aquí que apoyará el equipo de su país de origen, sino porque también vamos a ver al sector turístico vigorizado, con los miles de turistas que vendrán a Toronto para presenciar el Mundial", explicó el alcalde de Toronto.
"Toronto está listo para ser la sede de tantos partidos como se considere apropiado", terminó señalando Tory.
En Montreal, la concejal Rosannie Filato, también expresó su ilusión: "Hay muchas razones para estar contenta. Son buenas noticias a nivel económico y social", dijo.
"Solo hay que ver la cantidad de niños en Montreal que juegan al fútbol, muchos de ellos inmigrantes -destacó Filato-. Es un deporte muy importante. El Mundial de fútbol de la FIFA es el segundo mayor evento deportivo después de los Juegos Olímpicos de verano".
Un ejemplo de lo que se refería Filato estuvo a la vista de todo el mundo en Moscú, cuando la candidatura de Canadá fue defendida por el futbolista canadiense Alphonso Davies.
Davies contó cómo sus padres, originarios de Liberia, tuvieron que abandonar la capital del país, Monrovia, a causa de la guerra civil. La pareja acabó en un campo de refugiados en la vecina Ghana, donde Alphonso nació. Posteriormente, la familia fue aceptada como refugiada por Canadá.
"Jugar al fútbol me hizo sentirme como en casa. Hoy, soy un adolescente de 17 años de edad que juega para el equipo nacional canadiense. Estoy orgulloso de ser ciudadano canadiense. Y mi sueño es algún día competir en el Mundial", confesó el futbolista.