Es la imagen de la que todo el mundo habla, y aunque haya quien diga que se tomó tras el partido, en realidad fue captada a punto de terminar el intermedio, cuando el Barcelona 'solo' perdía 1-4. Es como si Messi, con la mirada perdida, supiese lo que iba a ocurrir en la segunda parte.
Es un fotograma de un vídeo. Los jugadores del Barça acababan de salir, al menos los suplentes. Y un fotograma llama nuestra atención. Dos figuras la captan. Primero, Ter Stegen. De pie, apoyado contra el marco de la puerta, visiblemente contrariado, mirando hacia fuera. Acaba de recibir cuatro goles.
Está esperando a que todos salgan. Ter Stegen, maniático como pocos, es posible que haga eso como un ritual. Pero se queda ahí, mirando hacia la bocana del túnel.
Pero detrás de la figura principal, fuera del foco, casi entre tinieblas, está él. Messi, el capitán. Sentado en una nevera, con la mirada perdida, con las manos entrcruzadas. Digiriendo lo que acaba de ocurrir.
August 14, 2020
Esta estampa de Messi, hundido, abatido, sin un atisbo de rabia. Quien esperase ver un líder, no lo encontró en este fotograma. Quizá su arenga de capitán acabase de terminar, pero su lenguaje corporal no invita a creer en esa posibilidad.
Quizá hiciera honor a su fama de 'pecho frío', y dedicase el descanso a mirar a la pared, contando los minutos para el pitido final y poder decir que esta temporada infame había terminado.
Nunca sabremos qué ocurrió en ese vestuario durante el descanso. Quizá hubo un silencio sepulcral de quince minutos. Quizá Messi animó a sus compañeros, o quizá fuera alguien con más carisma, como Piqué. Leo parece ido, desconectado, como cada vez que la realidad le da un golpe para el que no está preparado.