Maurizio Sarri hizo bastantes cambios para enfrentarse a las estrellas del fútbol coreano y no le dio ni un minuto a Cristiano Ronaldo, que esperó en el banquillo para dar alguna que otra carrera. El técnico repartió minutos en un compromiso que empezó casi una hora más tarde.
La Juventus tuvo problemas en el aeropuerto y con el tráfico para llegar al estadio, pero no se notó sobre el terreno de juego salvo a la hora de concretar sus ocasiones. Dominó la Juve y a pesar de ello estuvo a punto de perder por tres goles a uno de no haber sido por una reacción en el tramo final.
Osmar abrió la veda con un auténtico golazo desde fuera del área que se coló por la escuadra, alegría que duró solo dos minutos porque Muratore empató con un tiro cruzado. La 'Vecchia Signora' pudo haber goleado si hubiera definido la mitad de sus ocasiones y acabó sufriendo.
Pisó el acelerador y Beruatto estuvo a punto de firmar la remontada con un trallazo, al igual que Rugani. Sin embargo, el que volvió a dar en la tecla fue el conjunto coreano a través de Cesinha con otro misil a media altura.
En la segunda parte, Taggart fue un dolor de muelas y Sarri movió todavía más el banquillo, metiendo más materia pesada. Fue el propio Taggart el que puso el tercero, que hizo que la Juventus tuviera que pasar al ataque.
Matuidi puso su sello con un remate de cabeza y la guinda la colocó Pereira con una jugada de ensueño. Caño al defensa y picadita al portero a falta de diez minutos para un final que pudo tener como ganador a cualquiera. Al final, un empate para evitar una derrota que pudo haber sido bochornosa.