El Inter de Milán ni tan siquiera pudo meter presión al Milan y vio cómo 2021 comienza con problemas para Antonio Conte. El técnico y sus chicos tropezaron en Génova ante una Sampdoria muy práctica, que se adelantó pronto y luego aguantó la reacción excesivamente tardía de los interistas.
Los primeros 20 minutos fueron una pura locura. Hasta tres penaltis fueron señalados, de los que únicamente valieron dos tras el chequeo del VAR. Alexis falló el suyo, pero no hizo lo mismo Candreva tras una mano clarísima en el área 'nerazzurra' de Barella.
La 'ley del ex' comenzaba a imponerse, pero iría a más todavía en la primera parte. Gran jugada de Damsgaard y centro para que Keita Baldé, otro ex del Inter, pusiera el 2-0.
Solo entonces empezó a reaccionar el equipo de Conte, siempre atropellado y a contracorriente en la presente campaña.
No hubo más goles en la primera parte, pero el dominio interista se intensificó tras el descanso y, sobre todo, con la entrada de Lukaku.
Con el belga fue llegar y besar el santo. Entró y, a los dos minutos, De Vrij, con un gran cabezazo, puso el 2-1 que dio vida a los visitantes.
Pero no hubo el tanto del empate, a pesar de que el Inter, ya con Vidal, Eriksen y un D'Ambrosio que terminó lesionado, se volcó. Tropiezo doloroso para el cuadro de la capital lombarda, que dio tranquilidad al gran rival de la ciudad, el Milan, de cara a su vital choque ante la Juventus.