¿Un portero que llegó a pesar 165 kg puede ser ágil y con grandes reflejos? Salvando las distancias con el tipo de fútbol que se practicaba en la época respecto al actual, Foulke rompió los moldes y estereotipos en el fútbol inglés, cuando se labró un lombre en el país. El portero más gordo de la historia, así es como era -y todavía es- conocido.
Muchos futbolistas se dejan llevar en sus últimos años en el fútbol profesional. Hasta grandes leyendas como Ronaldo Nazario o Diego Armando Maradona contaron con kilos de más antes de finalizar sus respectivas carreras. Pero el caso de Foulke fue peculiar.
En su peso ideal, 'Fatty' -su apodo- Foulke llegaba a los 150 kg. No era excesivamente alto para ser un portero -1,93 metros-, pero su figura, imponente, hacía todo el trabajo de cara a los adversarios.
Pese a ello, Foulke reaccionaba con sorprendente rapidez bajo palos. Cuentan las crónicas de la época que era capaz de presumir de reflejos en el interior del área y de una soberbia seguridad en disparos lejanos.
Su físico no era un hándicap, sino una manera de intimidar a los rivales. Precisamente por eso se hizo famoso en el fútbol inglés. Dio sus primeros pasos en el Blackwell, aunque dio un paso adelante al llegar al Sheffield United, en 1894. Era un personaje único. Se dice que durante un derbi entre Sheffield United y Sheffield Wednesdey, Foulke llegó a romper el larguero de una de las porterías. Algunos decían que lo había hecho con el puño, otros aseguraban que se había colgado de la madera.
Las circunstancias que por entonces existían en el fútbol ayudaban a su estilo de juego. No había tarjetas, por lo que se podía jugar sorteando el reglamento. Como en un encuentro de la FA Cup ante el Southampton en 1902. Mosqueado por la polémica de un gol concedido al rival, Foulke persiguió a Tom Kirkham por los pasillos -dicen que completamente desnudo- para pedir explicaciones.
Jugó tres finales de FA Cup y ganó el título liguero en la temporada 1897-98. Personalidad y poderío físico para liderar a un equipo con el que se ganó la oportunidad de ir con la Selección Inglesa.
Más adelante, en 1905, le llegó la oportunidad de fichar por el Chelsea, donde fue capitán. Se retiró en 1907 cuando vestía la camiseta del Bradford City, su último club. Nueve años después, con 42, falleció. Curiosamente, no se supo con certeza la causa de su muerte: se dudaba entre cirrosis -problemas en el hígado- o neumonía.