58.800 minutos repartidos a lo largo de 677 partidos. Esto duró la carrera de Diego Armando Maradona sobre el césped. Donde más le gustaba estar. Los 348 goles que marcó y los 11 títulos que levantó no hacen justicia a su idilio con el balón. Tampoco los 94 puntos de ELO que la analítica avanzada de ProFootballDB le otorga a un futbolista insondable.
No todos los encuentros que disputó -aunque sí la vasta mayoría- fueron exquisitos. Al contrario que en su vida privada, hubo más luces que sombras en el terreno de juego para el '10'. Llegó a ser expulsado, incluso, hasta en 8 ocasiones. No hay datos disponibles de las faltas que recibió, pero, a buen seguro, fueron más de las que podría soportar un ser humano medio.
Su palmarés tampoco fue todo lo extenso que se le supondría a un futbolista de su talla. Nunca alzó la Copa de Europa, aunque sí la Copa del Mundo con Argentina. El trofeo que fraguó un mito que ya es eterno, como los 10,6 segundos que el Estadio Azteca se quedó sin aliento antes de cantar el ‘Gol del Siglo’ aquel inolvidable 22 de junio de 1986.
El Mundial sería para siempre el culmen de su carrera; el broche de oro de unas vitrinas en las que lució con orgullo una Copa de la UEFA, dos títulos de la Serie A, una Coppa y una Supercoppa de Italia, conquistados durante su etapa en el Nápoles (1984-1991). También logró una Copa del Rey, una Copa de la Liga y una Supercopa de España con el FC Barcelona (1982-1984).
Su primer título, sin embargo, sería el Mundial Sub 20 de 1979. Sus 6 goles serían clave para conquistar el oro en Tokio. En 1981, antes de dar el salto a Europa, sumaría con Boca Juniors su primer título profesional, la Primera División Argentina. Sería el inicio de un camino cuya grandeza serían incapaces de reflejar sus títulos colectivos y las más de 56 distinciones individuales que recibió, como el Balón de Oro honorífico que recibió en 1995.
Al fin y al cabo, la leyenda de Diego Armando Maradona escapa de toda lógica numérica o matemática.