Servidor, que apenas sobrepasa la treintena, escuchó esta confesión durante una breve estancia en Granada. El interlocutor interrumpió con su orgullosa pregunta e inmediata respuesta una exhibición de Isco en el Ciutat de Levante.
Meses antes, el 24 de noviembre de 2012, había fallecido el considerado casi por unanimidad mejor futbolista que ha vestido la camiseta del Málaga. Ocurrió en su denominación antigua, el Club Deportivo Málaga, 'padre' del actual Málaga CF.
Viberti dijo adiós justo cuando el Málaga vivía sus momentos más dorados y se enseñoreaba por Europa. Pudo presenciar cómo 'su' Málaga tumbó a todo un Milan un mes antes. Hay cierta justicia en que Viberti pudiera gozar de ese equipo. El mejor del Málaga vio al mejor Málaga.
Hay que situar a Viberti en los 60 y 70. Fue ídolo en Huracán, pero leyenda en Málaga. Sebastián Humberto Viberti Irazoki nació en Córdoba (Argentina) en el 44, y aun así la mayor parte de su legado siempre irá vinculado al de La Rosaleda, un estadio al que enamoró nada más pisar el césped.
"Sin haber pasado nada, llega y juega, y a los 30 minutos el campo entero ya era '¡Viberti, Viberti!'. En Málaga antes la afición era más indolente y ese cántico ya fue para toda la temporada", contó en 'Málaga Hoy' Antonio Jesús López Nieto, ex árbitro internacional, testigo de su debut el 30 de noviembre del 69. El CD Málaga apalizó al Espanyol con un 5-0. Wanderley marcó cuatro goles, pero fue Viberti, autor de uno, la estrella del encuentro. El primer recital de muchos.
Todo el que vio jugar a Viberti no duda en describirle como un 'todocampista', un jugador total que manejaba al equipo desde cualquier parte del campo. Un caudillo del fútbol que con su 1,90 de estatura y 47 de pie gobernaba el ritmo del partido con elegancia y estilo.
Viberti es parte del folclore en Málaga. La gente lo paraba por la calle a cada momento, las señoras se apilaban para tomarse fotos con él, los niños se dejaban el pelo largo como él lo tenía. En la capital de la Costa del Sol tiene una glorieta, en esta ciudad del sur de España nacieron tres hijos suyos. Hasta hubo dichos populares que hacían chanza con sus enormes pies. Viberti nació en suelo argentino, pero Viberti es Málaga.
A la construcción del mito le acompaña que haya poquísimas imágenes de televisión que permitan ver a Viberti en acción. Hay que investigar a fondo en Youtube, la gran videoteca. Ni el experto en fútbol internacional Julio Maldonado 'Maldini' pudo mostrar imágenes en movimiento del mito argentino cuando le quiso homenajear en su programa de 'Canal Plus'. Sólo unos pocos clips del añorado Matías Prats rescatados por aficionados evocan el tipo de jugador que fue.
1971. Don Matías Prats nos presenta a Viberti: "Ahí está Sebastián Humberto Viberti Irazoki..." https://t.co/9quMIdADBg
— #HistoriaDelMálaga (@TwistoriadelMLG) 14 de agosto de 2014
Gran cambio de juego de Viberti en el Bernabéu. 7/2/1971 (2-2) #HistoriadelMalaga #Málagacf https://t.co/PXlVrFQVN9
— #HistoriaDelMálaga (@TwistoriadelMLG) 21 de julio de 2014
A Viberti le dio tiempo a ver el mejor Málaga, pero hasta la aparición de éste por la llegada de Al-Thani y sus refuerzos rutilantes el suyo fue uno de los más brillantes en la historia blanquiazul. Llegó a Martiricos estando el equipo en Segunda, subió el Málaga con dos goles suyos al Bibao Athletic y lo llevó a unas semifinales de Copa del Rey.
Le llamaban 'El Pelado' por su melena y 'Zapatones' por sus inabarcables pies. La talla de su zapato era tal que casi no le encuentran botas para su primer partido. Él mismo confesó que llegó a Málaga "medio engañado" y el Granada, entonces archirrival del Málaga, casi se lo llevó por 200.000 pesetas (al cambio actual, 1.200 euros).
"Alfredo me dijo: 'Sebastián, córtate el pelo y ve bien vestido. Así llegué yo y con unos libros bajo el brazo. Y dicen: '¿Ése es Viberti?'. Sí, yo soy. Llegué hecho un señorito", contó Viberti. Alfredo no es más ni nada menos que Alfredo Di Stéfano, uno de los mejores futbolistas de siempre, historia del Real Madrid y persona clave en su fichaje.
De hecho, el Madrid pudo fichar a Viberti por 25 millones de pesetas, pero se quedó en Málaga. Maravilló cinco años a La Rosaleda y terminó marchándose por desavenencias con el técnico Marcel Domingo. Pasó el Nàstic sin pena ni gloria y se retiró en Belgrano.
Retornó a Málaga como entrenador en febrero del 78. Logró mantener a un equipo entonces desahuciado en Segunda, lo subió al año siguiente y sufrió un descenso. No tenía licencia, pero la puso Jenos Kalmar, su primer entrenador en el Málaga.
"Él ponía el carné, pero no decía ni hablaba nada. Comía y nada más. Le ponían un plato de comida y, podía haber un tiroteo, que él seguía comiendo. Gran tipo, gran hombre, buenísimo. El Málaga estaba mal y lo salvamos", recordó Viberti hace años sobre Kalmar. La chispa acompañó a Viberti dentro y fuera del campo.
La carrera de Viberti en los banquillos fue corta. Belgrano, CD Málaga, Estudiantes de Río Cuarto y Talleres. Siempre padeció la espina de no volver a trabajar para el club de sus amores. Al menos imponente figura da la bienvenida en la puerta 5 de La Rosaleda. Una deuda nunca saldada. Queda el mito... y los zapatos de su talla.