El terreno de juego es posible que no esté preparado para drenar esta cantidad ingente de agua que está cayendo sobre Ann Arbor, la localidad anexa a Detroit donde se ubica el Michigan Stadium.
La organización colocó una capa de césped natural sobre el tapete artificial que tiene el campo de juego. Se preveían lluvias, y los pronósticos han cumplido con creces las expectativas.
Sin embargo, no parece haber sido tenido en cuenta a la hora de cambiar el césped. No se sabe si la doble capa podrá drenar tanta agua, ni si ofrecerá un mínimo agarre a los futbolistas.
La preocupación de los clubes es lógica, ya que la salud de sus jugadores depende de si los 25 rollos de césped natural instalados sobre el artificial harán su trabajo o no.
Pinta mal el @realmadrid - @ChelseaFC
— Forjanes® (@Forjanes_AS) 30 de julio de 2016
Lleva una hora cayendo una jarra de agua en Michigan.
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