La locura de Soria se queda sin dueño

Paco Jémez dejó claras las órdenes: había que ir a por todas. Sus pupilos se echaron arriba en los primeros compases y pillaron desprevenido a un cuadro local que no se esperaba tanta intensidad al principio. Por ello llegó la diana de Ulloa tras una jugada de mucha calidad a pase de Álvaro García.

El Numancia aceptó el reto y se puso serio. Poco tardó Calero en mandar la pelota al fondo de las mallas con un zapatazo hacia la escuadra gracias a un balón puesto por Moha desde el lateral. La calidad de los del Nuevo Los Pajaritos salió a reducir para aplacar la ofensividad de sus contrincantes.

Y así se orquestó un duelo de mucha igualdad, mucho ataque y muchas posibilidades de que el marcador cambiara rápidamente. Los conjuntos se turnaban el dominio de la pelota. Disparó más el Rayo -su mejor ocasión fue un misil al palo de Montiel- y los numantinos también probaron a Morro.

La película se reprodujo de nuevo en los primeros compases del segundo acto. Los de la capital apretaron más y Ulloa no tardó en mandar la pelota al fondo de la red. Medio gol fue de Pozo, que caracoleó por la banda con muchísima habilidad hasta encontrar el hueco para asistir.

El ritmo se vino a menos por las numerosas faltas y cambios que tuvieron lugar, pero los locales supieron de nuevo reconstruirse y, en esta ocasión, fue un atacante el que firmó el empate. Moha, con un disparo potente desde dentro del área a un rechace, marcó con algo de fortuna -rebotó la bola en un zaguero-.

El partido volvió a romperse en el tramo final. De nuevo cualquiera de los dos planteles podría haberse llevado finalmente los tres puntos, pero ninguno tuvo el honor. Peor sabor de boca quizá en el cuadro soriano, que tuvo una clara para marcar en el añadido por mediación de Carlos. 2-2 finalmente en el marcador.