El presidente del Guangzhou lo tuvo claro desde que saltó el interés del Barça en su estrella brasileña: el jugador valía 40 'kilos', los que figuraban en su cláusula.
Quien quisiera hacerse con sus servicios, tendría que hacerlo rascándose el bolsillo. No importaba que el mismísimo Barça fuera el interesado: el presidente del Guangzhou no estaba dispuesto a ceder.
Con el paso del tiempo, su posición dio sus frutos... El final de la historia, ya la conocen. El Barça se ha hecho con el fichaje de Paulinho por esos 40 millones que venían estipulados en la cláusula de rescisión.
Nos recuerda 'Marca', además, que el Guangzhou le ha sacado un beneficio de 26 millones de euros. Casi nada.
Con esta operación, el Guangzhou demuestra que en China no sólo saben usar la cartera... también tienen la fórmula para sacar beneficio a sus estrellas.