La cara positiva de aquel importante desembolso fue que el Leicester acabó campeón del Championship, segunda categoría del fútbol inglés. Pero ahora toca pagar las consecuencias.
Las pérdidas del club en la temporada 13-14 fueron de 23,6 millones de euros, pero el club afirmó que 14,7 eran "permisibles" porque incluían gastos de promoción y academia.
La EFL, por su parte, dijo que el Leicester “no llevó a cabo un deliberado intento de infringir las reglas o defraudar, el conflicto se debió a las diferentes formas de interpretar las normas”.
El Leicester podría haber tenido que pagar una multa equivalente a la cantidad de pérdidas excedida, en este caso 14,5 millones de euros, pero la cantidad quedó reducida a 3,5.
Pecata minuta para un club que tan sólo dos años después dio una de las grandes sorpresas de este siglo proclamándose campeón de la Premier League.