En un partido de momentos, el Sevilla sacó a pasear su eficacia en una de las plazas más complicadas del campeonato. Tras una marea de oportunidades en la primera mitad, consiguó subirse a una ola de cinco minutos en la segunda parte para dejar noqueado al equipo local, que se diluyó con el paso de los minutos. Pese a ello, todo pudo cambiar con un posible penalti a Íñigo Martínez que el VAR no paró a revisar.
Con varias novedades en los onces y la obligación de rotar con un calendario tan ajustado, Garitano y Lopetegui plantearon dos partidos diferentes. El Sevilla buscó desde un primer momento la posesión para desgastar a los 'leones', que poco a poco veían cómo los andaluces conseguían derribar sus líneas defensivas.
Entre Banega y Ocampos pusieron las oportunidades más peligrosas del Sevilla... hasta que llegó el mazazo del Athletic. En una acción aislada, Vesga disparó y ese mismo rebote cayó en las botas de Capa, que de primeras colocó el esférico muy cerca de la escuadra derecha de la meta de Bono.
El gol desmoronó a un Sevilla que había sido mejor hasta entonces, pero que se apagó hasta el descanso. Tras la reanudación, el equipo vasco dibujó un nuevo planteamiento con las líneas algo más juntas para tratar de defender su ventaja.
Entre tanto, el Sevilla trató de buscar a sus jugadores más desequilibrantes. Ocampos, Banega y Suso tomaron la manija del juego y poco a poco conseguían acercarse al área rival. Y los cambios acabaron de revolucionar al equipo.
Con De Jong el cuadro hispalense ganó más presencia en el área, mientras que Munir aportó una movilidad que no supo marcar el Athletic. Con ellos en el campo, y tras una falta muy protestada por parte del Athletic, llegó la mencionada ola a la que se subió el equipo de Lopetegui.
Banega, de falta, batió a Bono con un gran golpeo que empató la contienda y dio todavía más alas a los visitantes. Y creyeron de verdad en la remontada.
Cinco minutos después, aprovechando el bajón del Athletic, Banega encontró a Munir con un envío lateral y el ex del Barça, con un gran remate picado, firmó el 1-2 en el marcador.
La eficacia en este tipo de partidos es letal... y el Athletic no respondió a esa llamada. Ya casi con los brazos en jarra, el cuadro local llegó a regañadientes y en los minutos finales encontró la acción más polémica del encuentro.
A la salida de un córner, el Athletic reclamó un agarrón de Munir que pudo haber acabado en penalti. El VAR no lo revisó en la siguiente interrupción, tampoco cuando ya había tenido tiempo para ojearlo una vez más.
La marea alta de cinco minutos del Sevilla pudo con el cuadro de San Mamés. Los de Lopetegui igualan apuntos en la tercera plaza al Atlético de Madrid y ya tienen medio pase a Champions en su mano. El Athletic, por su parte, tendrá que jugar sus últimas cartas en las últimas jornadas para soñar con la Europa League.