La mala racha del Málaga parece ya olvidada. Las dos victorias consecutivas han levantado el estado de optimismo en la Costa del Sol. Y una de las razones es precisamente Antoñín.
Solo lleva siete partidos en la élite, tres de ellos como titular, pero en La Rosaleda ya sueñan con sus actuaciones, especialmente ante un Oviedo en el que fue el mejor del conjunto de Víctor Sánchez del Amo.
Un gol y un penalti forzado en 74 minutos es suficiente para demostrar que La Academia sigue dando sus frutos en la primera plantilla. Y es que Antoñín está aporvechando sus oportunidades.
Con la élite siempre en la cabeza, Antoñín se marchó a Alemania con 16 años. Tuvo que volver al echar de menos su tierra, según informó 'Marca'. "Fue complicado por el idioma, era muy pequeño y estaba solo. Una experiencia dura, pero una más en mi vida", dijo.
A su vuelta desechó las opciones del Real Madrid y el Sevilla para volver a su tierra, a Málaga. Jugó en El Palo, donde coincidió con Apoño, antes de recalar en el cuadro malaguista por última vez y consagrarse como uno de los canteranos con mayor proyección.