La Ponferradina tenía ya los tres puntos en la buchaca y la defensa los tiró por la borda. Es el resumen de lo que ocurrió en la victoria del Deportivo. Los de Fernando Vázquez se alejan de la zona de descenso; los de Bolo desperdician su oportunidad de colarse en el 'play off'.
La primera mitad perteneció a los locales. Controlaban la pelota y todas las ocasiones peligrosas eran suyas. La conexión Aketxe-David Simón por la banda derecha fue una de las sinergias que más daño hizo a la defensa berciana, que iba achicando todo lo que podía. Algún que otro balón sí que se colaba.
Y por poco no acaban en gol. La más clara fue de Mollejo, que recibió un centro lateral al segundo palo y remató de cabeza totalmente solo: falló. En los dominios de Giménez, este solo tuvo que aparecer un par de veces para bien atrapar pelotas colgadas o atrapar tiros fáciles -el mejor, de Ivi-.
Bolo reaccionó en el descanso con una charla magistral. Se desconoce qué les dijo a sus jugadores, pero, por cómo mejoraron en el campo, tuvo que ser la mejor posible. Los de Fernando Vázquez salieron irreconocibles y sus rivales no cometieron su error de no marcar cuando eran superiores.
Kaxe fue el encargado de firmar el 0-1. Disparó Larrea desde la fronta, Dani Giménez paró la pelota y la dejó muerta a menos de un metro de él y llegó el '9' para mandarla al fondo de las mallas. La diana la usó la Ponferradina para dar un claro paso atrás y dedicarse a defender el resultado.
El Dépor se centró en asediar el área rival, pero no lograba generar peligro. La defensa estaba siendo impoluta y Trigueros fue la grieta que la rompió. En el 92', se marcó un gol en propia puerta para empatar. En el 95', para colmo, Manzanara le regaló a Çolak el gol de la remontada gracias a un despeje paupérrimo.