La agonía del Lugo en la zona de descenso gana la misma fuerza que el sueño de la Ponferradina por el 'play off' de ascenso. Los de Jon Pérez Bolo derrotaron a los de Rubén Albés en El Toralín en su primer partido al mando como sucesor de Luis César Sampedro.
El triunfo berciano no tuvo paliativos. El equipo ofreció un mejor rendimiento, una mejor propuesta y, como consecuencia, cosechó un mejor premio. La capacidad del colectivo para cerrarse atrás y defender con hasta de diez de once hombres en el campo, combinada con las contras matadoras marca de la casa, sustentó el 2-0.
Los gallegos, en contraste, no se sintieron cómodos prácticamente en ningún momento. La mano del nuevo técnico se notó en una mayor fluidez en las combinaciones, pero esto pasó de dar esperanzas en los primeros compases a desesperar más tarde por lo inoperante de tanto pase o lo bien que los locales los anulaban.
Y, para colmo, la diana que encarriló el partido para la Ponferradina nació de un error en defensa. En el minuto 10, Luis Ruiz despejó hacia atrás un pase que no se presentaba como una amenaza especial en la frontal albivermella y que terminó, con salida en falso de Cantero mediante, en gol de cabeza de Paris Adot, oportunista y perfectamente posicionado para aprovechar el lío.
Esto lo compaginó con una actuación defensiva sólida en la misma línea y tono que las de Pascanu, Amo y Moi Delgado. Bolo ha sabido exprimir el máximo jugo a un elenco de defensas del que hay que recordar que se cayó Manu Hernando, quien era titular, después de romperse el ligamento cruzado.
A la seriedad berciana le puso la guinda Yuri. Eterno goleador y clave como de costumbre para rubricar el juego de los suyos en la zona de tres cuartos, mató el partido a la contra en el 78'. Quiebro a Djaló, derechazo a la portería de Cantero y amargor para el estreno de Albés.