Porque si bien Griezmann pertenece al Atlético, en el traspaso acordado con el club donostiarra se acordó que Eric Olhats, ojeador de la Real que descubrió a Griezmann, recibiría un 20% de uno futuro. Y como sigue vinculado al club 'txuri urdin', ese dinero iría a las arcas del equipo.
El Atleti insiste en que ni Olhats ni la Real tienen ningún poder de decisión sobre el futuro de Griezmann, pero lo cierto es que este hecho no le hace demasiada gracia al club rojiblanco.
Da la sensación de que hay demasiados actores en esta obra, y eso sólo perjudicaría a la transparencia de los negocios.