Su soberbio rendimiento y su resistencia física rozan lo sobrehumano. A sus 39 años, Zlatan Ibrahimovic parece tener cuerda para rato. El máximo goleador de la Serie A (diez goles y dos asistencias) sigue demostrando por qué el Milan apostó por él cuando muchos anticiparon su retirada.
Con 941 partidos a sus espaldas y cerca de cumplir los 40, cabe preguntarse cómo ha conseguido ‘Ibra’ llegar tan en forma a esta etapa de su vida. Al fin y al cabo, sólo se ha perdido 67 partidos por lesión en toda su carrera como futbolista profesional. Otros pocos fueron por descanso (dos), readaptación (cuatro), gripe (uno) y, más recientemente, coronavirus (cuatro).
¿Cómo es posible? Según los datos arrojados por ProFootballDB, entre 2015 y 2020 los futbolistas de las cinco grandes ligas con un ELO superior a 75 (el de Ibrahimovic es de 87) acumularon unos 113.332 días de baja y sufrieron, de media, 6,9 lesiones con una duración media también de 24 días.
En el caso del sueco, sin embargo, hay que analizar estas cifras con sumo cuidado. Aunque el número de lesiones sufridas desde 2015 es inferior (seis) al del resto de jugadores que cumplen estos parámetros, la duración media de éstas se dispara hasta los 59,9 días. Debido, eso sí, a la extrema gravedad de dos de ellas.
Entre las temporadas 2016-17 y 2017-18, Zlatan Ibrahimovic sufrió una rotura del ligamento cruzado de su rodilla derecha que le mantuvo alejado de los terrenos de juego 210 días. Esto es, durante 29 partidos. Los médicos le dijeron que su carrera se había acabado a los 35 años. Pero se equivocaron.
Ni siquiera su siguiente lesión, también de rodilla, pudo con él pese a perderse 13 partidos y permanecer en el dique seco otros 62 días. Aparte de estas dos, sus demás dolencias han sido bastante leves. La más seria en los últimos tiempos, el desgarro del muslo que sufrió en mayo de este año, al reanudarse los entrenamientos tras la pandemia. Aunque ahora estará de baja díez días por un problema en la corva del bíceps femoral del muslo izquierdo que sufrió ante el Nápoles.
Recuperado de la misma, el delantero ‘rossonero’ puede presumir de una salud de hierro y un estado de forma envidiable. De hecho, tuvo la mala suerte de sufrir la lesión más frecuente (30,4% de los casos) en un momento clave de la 2019-20 para su equipo. Un bache que, a la vista está, ha superado con creces y con muy buena nota.