Dicen que no hay nada más peligroso que alguien que no tiene nada que perder. Bien, que se lo digan a Juventus y Manchester United. Sobre todo a los segundos, porque esta derrota ha privado a los de Mourinho de ser primeros de grupo.
Pero es que el Valencia sí tenía algo en juego. Para empezar, el poder ser cabeza de serie en el sorteo de la Europa League. Para continuar, por los beneficios económicos que reporta siempre un triunfo en la Champions.
El Valencia dominó el partido y anuló a un United que parecía haber ido a Valencia a pasar el día. Hasta que en la recta final, como los malos estudiantes, los de Mourinho se pusieron las pilas y a punto estuvieron de amargar una noche festiva para el valencianismo.
Comenzó el Valencia con varios ataques que fueron una evidente declaración de intenciones. El Valencia quería la victoria y no le iba a regalar el partido al United.
Una situación que incomodó a los 'red devils', y que quedó patente con la entrada salvaje de Antonio Valencia a Lato, un entradón que fue una clara amarilla, aunque el valencianismo reclamase la roja para el lateral diestro del United.
El Valencia reaccionó a ese intento de cortar el ritmo del partido metiendo una marcha más, y pronto obtuvo el premio del gol. Fue Carlos Soler, en el minuto 17, el que abrió la cuenta.
Centró Santi Mina desde la derecha, pero su centro no encontró rematador. Lo repelió la zaga del United, y el balón le cayó a un Soler que no dudó. Disparo raso y cruzado al palo largo, inalcanzable para un Romero que vio demasiado tarde el balón.
Se le había complicado la papeleta al United, y la cosa pudo haber sido peor. Porque el primer tiempo fue un goteo constante de ocasiones para el Valencia. No generó excesivo peligro el equipo de Marcelino, pero conforme fueron pasando los minutos quedaba claro que el Valencia era dueño y señor del partido.
Pasada la media hora de partido los locales se desataron. Batshuayi, Mina, Parejo... Todos querían aumentar la cuenta goleadora. El United, a excepción de un intento de Pogba, se limitó a evitar ser goleado.
Fue esa ocasión del francés, a los 35 minutos, la más clara del United en gran parte del partido. Tras un córner, el balón cabeceado por un compañero le llegó a un Pogba que posiblemente pensase haber caído en fuera de juego. Remató sin convencimiento pese a estar en boca de gol y lo tiró fuera.
Terminó el primer tiempo con una jugada del Valencia en el área del United, una sucesión de paredes y taconazos que puso en evidencia a la zaga de los 'red devils', y el partido se reanudó con un sopapo de realidad para los de Mourinho.
Porque si durante la recta final del primer tiempo el cántaro estuvo yendo a la fuente, nada más comenzar el segundo se rompió. Batshuayi peleó un balón largo en la frontal, hizo que Phil Jones se tirase para que el delantero belga no llegase, y lo que hizo el central inglés fue cruzársela a un Romero que ya salía a tapar el hueco.
Minuto 47, y el United ya perdía por dos goles. Lo más preocupante era, además de que estuviera perdiendo la Juventus en Suiza, que no parecía posible que este equipo levantase el partido.
El Valencia controló los tiempos, e impidió la reacción del United hasta casi el final del partido. Sólo cuando los jóvenes se pusieron a tirar del carro, los 'red devils' fueron una amenaza.
Con Rashford y Lingard, el United mejoró. Pogba decidió ponerse a jugar y el Valencia acabó el partido encerrado en su área. En el 87', el gol. Lingard salvó un saque de puerta, Young centró al área, y Rashford saltó más que nadie para batir de cabeza a un Jaume que había parado todo lo parable hasta entonces.
Los nervios se apoderaron del Valencia, y Juan Mata estuvo a punto de igualar el encuentro en el 90', pero remató mal de volea y su disparo se fue por muy poco por línea de fondo.
Sufrió el Valencia, pero ganó. Ganó algo más que tres puntos intrascendentes. Ganó la posiblidad de encarar el sorteo de los dieciseisavos de final de la Europa League como uno de los cabezas de serie llegados de la Champions.
El United, por su parte, se conformará con ser segundo, y cruzará los dedos por tener un sorteo amable. Estuvo en su mano ser primero, pero se encontró con un partido que no pudo resolver en la recta final, como en otras ocasiones.