Pese a que no partía como favorita en San Petersburgo, la Selección de Eslovaquia dio la sorpresa en tierras rusas al adelantarse en el marcador ante Polonia en los primeros minutos del duelo.
El tanto, que llegó en el minuto 18, tuvo a dos protagonistas: Mak y, aunque él no quería Szczesny, el guardameta polaco de la Juventus de Turín.
En una jugada que parecía encaminada a la más absoluta nada, Mak se zafó con maestría de Zielinski y Berezynski, al que le tiró un soberbio caño.
Tras ello, el futbolista eslovaco se plantó en el área y conectó un disparo raso con la diestra que se marchó al palo derecho de la portería de Polonia.
Sin embargo, para desgracia del equipo liderado por Robert Lewandowski, el esférico rebotó posteriormente en la espalda de Szczesny y acabó en el fondo de la red. El tanto se convirtió en el autogol más rápido de la historia de la Eurocopa tras superar el registro del croata Igor Tudor, que marcó en propia meta en el minuto 22 ante Francia en la Eurocopa de Portugal 2004.