El argentino, que parecía que llevaba el balón pegado a la bota del pie, primero dejó en el suelo a Trigueros, que intentó quitarle el balón con una entrada. Esto no hizo sino hacer que el argentino tuviese más espacio.
Cuando se marchó de Trigueros, Messi encaró el campo hacia la derecha para, acto seguido, cambiar de lado hacia la izquierda. Un quiebro que no pudo adelantar Cáseres, que se quedó por detrás del argentino.
Posteriormente, y cuando se disponía a llegar al área, el jugador del Barcelona fue derribado por Álvaro González antes de pisar la frontal del área, en una falta en la que además provocó la tarjeta amarilla.
El argentino se quedó sin marcar en el choque ante el Villarreal del pasado domingo, pero sí fue decisivo a la hora de cerrar la victoria. El delantero le regaló el balón a Aleñá para que el canterano marcase su primer gol en Primera División.