"No le aplaudo porque soy el entrenador", dijo Valverde al término de la enésima exhibición de Messi. En el Villamarín, Leo dejó su firma como hacía el Zorro con sus víctimas: dos goles, una asistencia y varias jugadas de videoteca.
El aplauso, no obstante, es para Valverde. El técnico extremeño entendió desde el minuto uno que tenía que fabricarle un hábitat ideal a Messi, máxime cuando la marcha de Neymar había desprovisto de recursos ofensivos al Barcelona. El plan funciona.
"Hay que encontrar el juego para que él se sienta cómodo, haga brillar y brille él", dijo en agosto. Fortificó al equipo desde la defensa, le dotó de mayor solidez convenciendo al grupo de la importancia de ser solidario, metió a Paulinho para que el centro del campo ganara músculo y liberó al argentino, quien se colocó más cerca del área.
22 de enero de 2018
¿Resultado? Una quincena de recitales y convertirse en el máximo goleador y asistente de la Liga en lo que va de temporada. Messi tiraniza todo el frente de ataque y ha conseguido conectar a Suárez, desactivado física y futbolísticamente desde el arranque de temporada.
"De Messi no sabe uno ya ni qué decir", se rindió Joaquín, capitán del Real Betis. "No hay palabras para describir a Leo", comentó Gary Lineker, analista de 'Sky'. La última victoria de Valverde se llama Messi.