El que es posiblemente el minuto de oro de la Liga de Fútbol Profesional, quedó destrozado por la falta de seguridad del estadio nazarí y la falta de previsión de la organización.
Los jugadores vivieron momentos de tensión, hasta que llegaron a vestuarios, cuando los aficionados presentes saltaron al terreno de juego para ver más de cerca a sus ídolos o hacerse con una de sus camisetas.
La LFP volvió a desaprovechar una ocasión para celebrar una gran ceremonia, como ocurre en las otras grandes ligas. Tendrá que aprender de ello, otra vez, Tebas y su LFP.