Como si de un homenaje a los finalistas de la Copa de Campeones se tratase. Como si quisiera decirles que, pese a la derrota ante el Madrid, triunfar en Primera es posible, Javi Ontiveros se echó al Málaga a la espalda y encaminó un nuevo triunfo de los costasoleños en este final de temporada.
De la mano de él y de Sandro, cómo no, el 'equipo de moda' de la Liga venció y convenció a un público entregado al gran final de temporada de su equipo. Después de tantas decepciones, el equipo acabará la temporada con una sonrisa tras devorar tres técnicos y con la impresión de que lo de Míchel va para largo.
La primera mitad de Ontiveros fue perfecta. El canterano dejó un repertorio de regates y pases sólo al alcance de los mejores jugadores de la Liga y le puso la guinda con un golazo.
Como contagiado por actuar ante un rival gallego, el malaguista clavó la acción individual con la que anotó ante el Deportivo y adelantó a su equipo en una acción que puso en pie a La Rosaleda. Si entonces usó la derecha y la puso en la misma escuadra, esta vez eligió la izquierda y se quedó a un par de palmos de tan ansiado objetivo.
El Málaga, que llevaba avisando bastante tiempo, merecía ya ir en ventaja para entonces, pero Sergio Álvarez se sacó uno de los partidos de la temporada para amargar a un Sandro de dulce en esta recta final del campeonato. Y es que otro gallo le hubiera cantado al Málaga si su mejor jugador no se hubiera pasado media campaña con problemas físicos.
El Celta no reaccionó tras el descanso. Los vigueses hace tiempo ya que fijaron su objetivo en la Europa League y morirán con esa idea pase lo que pase. Lo tienen complicado tras el 0-1 de Balaídos ante el United, pero su paso por Málaga llegó únicamente por obligación, pues no estuvieron con la cabeza en el choque en los 90 minutos.
El 2-0 lo hizo Recio de penalti, en otra acción en la que Sandro puso de manifiesto su gran calidad técnica. El ariete engañó a Cabral y el central del Celta acabó por derribarle por pura impotencia.
Los últimos minutos pudieron ser letales para un equipo vigués que bajó los brazos y pudo ser goleado y un Málaga que perdonó lo imperdonable en repetidas ocasiones. Entre cánticos de apoyo al equipo y de críticas a Madrid y Barça y con el premio del 3-0 de Sandro se despidió La Rosaleda de su equipo antes del partido más importante de la temporada. No para los blanquiazules, pero sí para muchos otros, que prestarán más atención al equipo de Míchel de lo que lo han hecho nunca en busca de una ayuda en aque campo en el que se dejaron la Liga.