Granada y Osasuna firmaron 90 minutos nada apetecibles para el espectador. Mucho miedo y poco fútbol en Los Cármenes. El duelo de necesitados acabó sin ganador. El reparto de puntos no alivia a nadie.
Rojiblancos y rojillos se intercambiaron la iniciativa. Osasuna mandó en la primera mitad y el Granada lo hizo en la segunda. En cuanto a ocasiones, los de Vasiljevic merodearon más el gol, pero no tuvieron tino.
El cuadro navarro descerrajó el marcador mediante una notable jugada que finalizó Oriol Riera con un disparo cruzado. Premio a un planteamiento más claro que el de un Granada muy timorato.
El colchón pudo ser mayor si hubiera subido al marcador un cabezazo de Oriol Riera que anuló Trujillo con acierto. El punta estaba en posición incorrecta en el momento del saque de la falta.
En la segunda parte mejoró el Granada. Sin demasiada brillantez, el conjunto local empujó a Osasuna a atrincherarse en torno a la portería de Mario. Boga, muy activo, revolucionó el ataque.
Frustración en ambas partes
Con una marcha más, el Granada logró el empate. Kravets, en fuera de juego resolvió una jugada embarullada que había pegado en el poste. El Granada soñó con el milagro.
La tensión subió, Uche vio la roja por una patada evitable y Riviere y Sergio León, por dos veces, pudieron poner el 1-2 en el marcador. Los Cármenes, como los jugadores, era vivo reflejo de la frustración.
La vida sigue igual para Osasuna y Granada. Tras el punton que sumaron ambos, siguen siendo colista y penúltimo, respectivamente. Con 9 y 10 puntos no se va a ninguna parte.