Sobrevivir a una pérdida siempre es duro. Si además, esa persona ocupa el 100% de tu vida, o en este caso, de tu juego, es más difícil hacerse a la idea. Pero Portugal tuvo una buena prueba para cuando Cristiano se retire.
Es cierto que tenía delante a una selección varios escalones por debajo como es Azerbaiyán. Pero también lo es que Portugal demostró que su selección es más que el jugador del Manchester United.
Sin el delantero, fue Bruno Fernandes el que se echó el juego a sus espaldas. Está más cómodo el 'red devil' cuando se siente protagonista, y fue partícipe en dos de los tres tantos.
Le costó, eso sí, arrancar a Portugal. Le faltaba una marcha más, como siendo consciente de que era superior y que en el momento en el que quisiese, se podría marchar con facilidad.
Así ocurrió. La resistencia azerbaiyana duró 26 minutos, después de que por momentos pareciese que se iba a caldear el ambiente. Rompió el muro Bernardo Silva en un remate en escorzo tras un gran pase al segundo palo de Bruno Fernandes.
El golpe fue doble para Azerbaiyán cinco minutos más tarde. De nuevo apareció Bruno Fernandes, en esta ocasión para encontrar, en el lado contrario, a Diogo Jota. El del Liverpool quiso tirar, pero le salió sin querer un pase para que André Silva firmase uno de los tantos más fáciles de su vida.
Con el trabajo hecho, Portugal reservó fuerzas. Apenas acaba de empezar la temporada y, con el tercer partido en poco más de una semana, es momento de contemporizar y no forzar de más.
Pero si había alguien que se quería marchar con su gol, y no cejó en su empeño, ese fue Diogo Jota. Hasta tres ocasiones claras tuvo el 'red' antes de, por fin, celebrar el 0-3 final con un cabezazo en el corazón del área chica.
Una prueba de fuego superada por una Portugal que, si quiere ir directo a Catar, no puede perder más puntos. Serbia aprieta desde atrás, pero con o si Cristiano, los lusos siguen en lo más alto.